LA FUERZA AÉREA ARGENTINA EN EL EJERCICIO DE LA SOBERANÍA NACIONAL Y SU EMPLEO EN LA LUCHA CONTRA EL NARCOTRÁFICO
En nuestra seccion "miradas amigas" hacemos uso de un interesantisimo articulo publicado en la Revista de la Escuela de Guerra Aerea. Las opiniones vertidas no representan necesariamente la opinion de Mirada Estrategica.-
My. Martiniano Piuma Justo
. Martiniano Piuma Justo: Mayor de la Fuerza Aérea Argentina. Piloto de Caza. Licenciado en Sistemas Aé- reos y Aeroespaciales. Oficial de Estado Mayor.
My. Martiniano Piuma Justo
En la última década ha habido un
crecimiento exponencial en lo
referente al crimen organizado
y al narcotráfico, lo que lo convierte
en un problema de seguridad regional
que afecta a numerosos países
de Latinoamérica. Esta problemática
ha llevado a muchas naciones a aplicar
medidas para buscar soluciones
inmediatas y reducir o eliminar el
narcotráfico en la zona. Países como
México, Colombia y Perú han decidido
emplear las Fuerzas Armadas para
la lucha contra el narcotráfico, para
lo cual, en algunos casos, tuvieron
que modificar leyes a fin de regular
esa actividad.
Debido al significativo aumento de
los índices de consumo de drogas y
delitos relacionados al narcotráfico,
sumado a los pocos resultados de las
medidas adoptadas hasta el momento
por las Fuerzas de Seguridad, en
la República Argentina se ha discutido
la necesidad de que las Fuerzas
Armadas se involucren activa y directamente
en esta problemática. Es
por ello que algunos sectores del poder
político proponen la aplicación
de la mal llamada «Ley de Derribo»,
mediante la cual se autorizaría a la
Fuerza Aérea a derribar una aeronave
cuando las circunstancias lo justifiquen.
En ese sentido, es importante resaltar
que para considerar la posible
ejecución de un derribo se debería
legislar previamente, sobre el ejercicio
de la soberanía en el aerospacio.
Para ello, sería necesario implementar
una ley de protección aeroespacial
con el objeto de empeñar a la
Fuerza Aérea Argentina (FAA) activamente
en el ejercicio de la soberanía
aérea nacional, independientemente
de que se trate o no de una aeronave
que transporte mercancías ilícitas.
Para ello, es probable que se necesiten
realizar cambios estructurales y
orgánicos, además de atender necesidades
básicas de adiestramiento y
equipamiento con medios idóneos
para cumplir la misión.
CONTEXTO SITUACIONAL
El empleo de las Fuerzas Armadas
en los aspectos relativos a la defensa
nacional, como es la vigilancia y el
control del aeroespacio —tema que
colabora de manera directa en la lucha
contra el narcotráfico— fue analizado
en el nivel político y militar.
En relación a ello, el Presidente de
la Nación, Ing. Mauricio Macri, propició
la firma del Decreto 228/20161
que dispone la emergencia en materia
de seguridad, el cual incluye en
su artículo 9 una serie de reglas de
protección aeroespacial que, llegado
el caso, podrían producir la neutralización
de aeronaves, por medio
del empleo del armamento aéreo, en
el caso de que estas ingresen en un
marco de legalidad y seguridad para
la protección del aeroespacio nacional
y del tránsito aéreo.
En este decreto, con el objeto de dar
una respuesta a la profunda preocupación
del tema, evidenciado por la
ciudadanía, se remarca la intención
del poder político de combatir el narcotráfico
con el máximo rigor, al considerar
esta actividad ilícita, como
una violación a la soberanía nacional.
Para que el Estado Nacional esté en
capacidad de ejercer el control aeroespacial
de manera efectiva, es
necesario dotar al Comando Aeroespacial,
creado mediante Decreto Nº
230/14, de medidas pertinentes para
la inmediata recepción de elementos
y tecnologías propias de la seguridad
de fronteras y, de esta manera, facilitar
el cumplimiento de su misión:
“Conducir la Defensa Aeroespacial
en los espacios aeroespaciales de jurisdicción
nacional en forma permanente
y de interés, de conformidad a
los lineamientos establecidos por el
Ciclo de Planeamiento de la Defensa
Nacional (…), en el marco de la misión
principal y complementarias del
Instrumento Militar (…).”
En relación a esto, existen muchos
países de la región —Perú, Colombia
y Brasil, entre otros—, que han aplicado
leyes y decretos que, luego de
una sucesión de procedimientos, permiten
la acción directa contra el mó-
vil aéreo, que violenta su soberanía y
seguridad2
, cuya efectividad, hasta el
día de hoy, es materia de estudio. Asimismo,
es importante remarcar que
los países anteriormente mencionados
han invertido en medios idóneos
y capacitación del personal, además
de medidas de inteligencia y protección,
antes de aplicar esta normativa.
NORMATIVA VIGENTE
A partir de 1983, con la finalización
de la lucha armada contra la subversión,
se intensificaron los esfuerzos
políticos para anular la intervención
castrense en la seguridad pública.
Para ello, se dictaron leyes y un decreto,
que profundizó esta concepción
y limitó la participación de las
Fuerzas Armadas, solamente ante un
ataque «estatal externo».
En ese sentido, sancionaron las leyes
23 554 de Defensa Nacional, en 1988,
y la Ley 24 059 de Seguridad Interior,
en 1991. Veinte años después, durante
el gobierno de Fernando De la Rúa,
fue aprobada la Ley de Inteligencia
Nacional que prohíbe expresamente
la participación de las FFAA en inteligencia
interna. Luego, en el año 2006,
con el decreto 727/06 se reglamentó
la Ley de Defensa, que reafirmó el
concepto de agresión externa3
.
El 21 de enero de 2016, en función de
la problemática de seguridad interior,
producida por el aumento de los
delitos relacionados con el narcotrá-
fico y la trata de personas, se firmó
el Decreto 228 2016 ¬ de Emergencia
de Seguridad Pública, en el cual se
interpreta al narcotráfico como una
violación a la soberanía nacional, en
tanto que se trata de un crimen, cuya
naturaleza es transnacional.
Parte del decreto busca intensificar
el control aeroespacial en la frontera
a través de su ANEXO I Reglas de
Protección Aeroespacial, mediante el
cual se autoriza el uso de la fuerza,
1
La normativa número 228/2016 lleva las firmas de la vicepresidenta en ejercicio de la Presidencia, Gabriela Michetti; y los ministros de Defensa, Julio
Martínez; de Justicia y Derechos Humanos, Germán Garavano; de Seguridad, Patricia Bullrich; y del Interior, Rogelio Frigerio.
2
Dirección de Servicios Legislativos, Legislación y Doctrina Extranjera: Narcotráfico y Derribo de Aviones, Dossier legislativo, Biblioteca del Congreso, Bs
As. 2016, p 2-9.
3
Carlos ACUÑA, Ileana ARDUINO, La riesgosa política del gobierno para las Fuerzas Armadas. CELS. Bs. As. p. 4.
LA FUERZA AÉREA ARGENTINA EN EL EJERCICIO DE LA SOBERANÍA NACIONAL
5
por medios del Sistema de Defensa
Aeroespacial en contra de vectores
incursores «declarados hostiles».
En este contexto, es importante destacar
que el marco normativo vigente
establece la defensa nacional, como
el ámbito exclusivo de competencia
de las fuerzas armadas. Sin embargo,
autoriza la participación de estas en
situaciones muy específicas de seguridad
interior con carácter excepcional
y con la previa autorización del
Poder Ejecutivo, ratificado por el
Congreso de la Nación4
.
Pese a que queda claro que bajo la legislación
vigente las FFAA no podrían
actuar en forma directa en temas de
seguridad interior, resulta conveniente
comprender que no se trata de
emplear el medio aéreo en la lucha
contra actividades ilícitas —como el
narcotráfico—, sino en incrementar
la celosía del Estado nacional en el
ejercicio soberano de su espacio aé-
reo, cuestión reconocida incluso por
la Organización de Aviación Civil Internacional
(OACI)5
. No obstante, el
espíritu del decreto mencionado anteriormente
es la defensa del aeroespacio
contra aeronaves que pueden
provocar un peligro para la soberanía
nacional; al ser firmado bajo el
concepto de «emergencia en seguridad»
se vislumbra la intención del
poder nacional de preparar las bases
para que, finalmente, las Fuerzas Armadas
se involucren activamente en
la lucha contra el narcotráfico.
ANÁLISIS DE RESULTADOS EN
PAÍSES DE LA REGIÓN
La región suramericana se ha convertido
en las últimas décadas en
un escenario central de las políticas
contra las drogas, debido, principalmente,
a las características ambientales
favorables para su producción.
Por otro lado, el hecho de ser el continente
con el mayor mercado de
consumidores de cocaína y de otras
sustancias sicotrópicas ha incentivado
su producción, comercialización y
tráfico.
Al respecto, Estados Unidos ha encabezado
políticas internacionales de
combate contra las drogas y apoya
con medios y financiamiento a países
y regiones como Colombia, México y
Centroamérica, a través de los planes
Colombia, Iniciativa Mérida y el
programa CARSI (Central American
Regional Security Initiative). Estos
programas surgen como consecuencia
de los escasos resultados obtenidos
anteriormente y con la intención
de aumentar la ayuda directa para
enfrentar esta amenaza con medios
adecuados6
.
...se interpreta
al narcotráfico
como una
violación a
la soberanía
nacional, en
tanto que se
trata de un
crimen, cuya
naturaleza es
transnacional.
4
Constitución de la Nación Argentina, Art 29, Art 75 Inciso 29.
5
Convenio De Chicago De 1944, Convenio De Aviación Civil Internacional, Chicago, Estados
Unidos, 7 de diciembre de 1944 Capítulo I Principios Generales y Aplicación del Convenio Artículo
1 Soberanía: los estados contratantes reconocen que todo estado tiene soberanía plena y exclusiva
en el espacio aéreo situado sobre su territorio. consultado 5 Ooct 2017.
6
Héctor Luis, SAINT-PIERRE; Laura, DONADELLI. El narcotráfico y su combate: Sus efectos sobre las
relaciones internacionales. EDIMPRO, México, 2014, p. 5.
LA FUERZA AÉREA ARGENTINA EN EL EJERCICIO DE LA SOBERANÍA NACIONAL
6
Desde el punto de vista de la utilización
de los medios aéreos en la lucha
contra el narcotráfico, entre 1991 y
2000, la Fuerza Aérea del Perú implementó
en 1995 un sistema de interceptación
aérea con el cual se logró
interrumpir el puente aéreo Perú
– Colombia, neutralizando veinte aeronaves:
diez fueron interceptadas
en el aire, cinco intervenidas y cinco
autodestruidas en tierra. En abril
de 2001, el programa fue suspendido
como consecuencia del derribo, por
error, de una aeronave que transportaba
civiles norteamericanos. A pesar
de ello, en el año 2004 se comenzó a
organizar un nuevo sistema de interceptación
el cual se encuentra vigente
en la actualidad7
.
Con respecto a la Fuerza Aérea de
Colombia, los efectos de control del
aeroespacio han reducido significativamente
los vuelos ilegales desde
su territorio y hacia él. Para ello, no
solo han invertido en la adquisición
de material adecuado para ejercer la
vigilancia y control, sino que, además,
se han firmado numerosos convenios
con otros países entendiendo
que la problemática es regional y que
la manera de reducir la cantidad de
vuelos ilegales es actuando en forma
sistémica con todos los países de la
región8
.
La Fuerza Aérea de México, que actúa
en forma coordinada con el Ejército,
ha obtenido algunos resultados positivos
en cuanto al empleo del medio
aéreo en el control del aeroespacio.
Según algunos estudios, se calcula
que entre 2006 y 2012, 538 aeronaves
fueron interceptadas y más de 4000
pistas ilegales destruidas9
.
Si bien, el accionar de las Fuerzas
Aéreas en esos países parecería que
obtuvo resultados positivos, es necesario
analizar la problemática con
una visión más sistémica. En ese sentido,
la realidad ha demostrado que,
en Colombia, el resultado directo
de la acción de las Fuerzas Armadas
contra el narcotráfico aumentó los
niveles de violencia a finales de los
años noventa y principios de la dé-
cada del dos mil. Este fue el motivo
por el cual esa nación se convirtió
en unos de los países más peligrosos
y violentos del mundo. Estados Unidos
intensificó la ayuda al presidente
Pastrana, en primer lugar, y luego al
presidente Uribe, con un envío de alrededor
de ocho mil millones de dó-
lares, vía el Plan Colombia. A pesar de
que este plan fue ejecutado con éxito,
no se han eliminado los grupos de
narcotraficantes, puesto que muchos
se han movido hacia México y hacia
otros países de la región10.
Para reducir la producción y el tráfico
de drogas, Colombia ha pagado un
precio muy elevado, tanto en vidas
como en dinero. Si bien los números
parecerían indicar una mejora en la
situación de ese país, hay análisis que
reflejan que “los altos costos asociados
con el fracaso han generado una
reacción en contra de la estrategia
estadounidense, tanto en Colombia,
como en el extranjero, y han originado
un nuevo debate sobre las
alternativas para los enfoques prohibicionistas
de los EE.UU., tales como
la reducción de daños, la descriminalización
y la legalización”11.
Con respecto a México, para poder
llevar a cabo el programa de lucha
frente al narcotráfico que implicaba
la participación de varios instrumentos
del poder, especialmente el militar;
el gobierno mexicano aumentó
significativamente el presupuesto
en seguridad y empeñó a las Fuerzas
de Seguridad y a las Fuerzas Armadas.
Pese a que esto debería haber
sido suficiente para disuadir al narcotraficante
a deponer las armas, los
resultados fueron muy negativos, ya
que se produjo un escalamiento de
la violencia, con consecuencias muy
graves en términos de la seguridad
ciudadana, el aumento de otros delitos
y elevados grados de impunidad.
A raíz de la escalada de violencia y
ante la imposibilidad del gobierno
mexicano de controlar los cárteles
de las drogas, se firmó con Estados
Unidos la mencionada Iniciativa Mé-
rida, por la cual este país contribuiría
durante tres años, con USD 1 600
000 000. Aunque pareciese una cifra
importante, resulta ser poco significativa,
si se la compara con los USD
37 000 000 000 anuales, que se calcula
que tienen de ingresos los carteles de
la droga12.
Pese a esta ayuda, la realidad es que
los niveles de corrupción han aumentado
en las fuerzas policiales mexicanas,
como así también, en las Fuerzas
Armadas, y los resultados se revelan
muy por debajo de lo esperado. Esta
puede ser una de las causas por la
cual, en la actualidad, el Gobierno
de México no ha podido ganar la lucha
contra el narcotráfico y abre un
7 República del Perú, Libro Blanco de la Defensa Nacional, p. 108.
8 Rodrigo MEZU MINA. La Contribución de la Fuerza Aérea Colombiana en el Surgimiento de Colombia
como el nuevo Catalizador Regional, AIR & SAPCE JOURNAL, p. 86.
9
Daniel CAMPONOVO. El Ambiente Operacional de la República de México. ESGC, 2014, p. 19.
10 Gunther MAIHOLD. El Narcotráfico y su Combate: sus efectos sobre las relaciones internacionales,
SITESA, México, p. 26.
11 Bruce BAGLEY. Narcotráfico Y Crimen Organizado en las Américas: Principales Tendencias En el Siglo
XXI, SITESA, México, 2014, p. 17.
12 Susanne, GRATIUS. Europa y América Latina: La lucha contra la droga. EUROLAT, Bélgica 2015, p. 14.
LA FUERZA AÉREA ARGENTINA EN EL EJERCICIO DE LA SOBERANÍA NACIONAL
7
creciente debate sobre las posibles
alternativas a la actual estrategia de
seguridad.
LA FAA EN LA LUCHA CONTRA
EL NARCOTRÁFICO
En la actualidad, la misión de la Fuerza
Aérea Argentina es “contribuir a
la Defensa Nacional actuando disuasiva
y efectivamente en el aeroespacio
de interés, a fin de garantizar y
proteger de modo permanente, los
intereses vitales de la Nación”.
Teniendo en cuenta la misión, es
importante destacar que el rol de
la Fuerza Aérea es la defensa de la
Nación y no su empleo directo en
la lucha contra el narcotráfico. Sin
embargo, al ejercer la vigilancia y
el control del aeroespacio en forma
permanente, además de evitar el
ingreso de vectores incursores que
pueden configurarse en una amenaza
a la soberanía nacional, se restringe
el uso del aeroespacio por parte de
aeronaves que pueden transportar
sustancias ilícitas.
Para cumplir con la misión de la Fuerza
Aérea, es necesario que el gobierno
nacional efectúe el incremento
de medidas para la protección de la
soberanía nacional en el aeroespacio,
lo que conlleva a un aumento sustantivo
de las operaciones aeroespaciales
—vigilancia, control, defensa,
exploración, reconocimiento y apoyo
a las Fuerzas de Seguridad en la zona
de fronteras—. Para determinar la
capacidad de la FAA en llevar a cabo
dichas tareas, es importante efectuar
un análisis de la situación actual.
En primer lugar, con respecto a los
medios materiales, en los últimos
años se ha avanzado de manera significativa
en la radarización de la frontera
norte, especialmente en aquellas
zonas en donde se han detectado un
mayor movimiento de tráfico ilegal
no declarado. A pesar de los esfuerzos,
en la actualidad, no se encuentra
la totalidad de la frontera bajo la
cobertura de radar; lo que impide la
identificación de tráfico ilegal desde
cualquier dirección y limita una reacción
rápida de los medios aéreos. Dada la
disposición y la cantidad de radares
colocados, existen zonas donde se
hace muy difícil la detección de incursores
a baja altura.
Por otro lado, las capacidades de los
vectores aéreos son muy limitadas
ya que la cantidad de aeronaves y de
pilotos con capacidad operativa es
cada vez menor, debido a la falta de
presupuesto acorde para mantener
las tripulaciones adiestradas en este
tipo de tareas.
Desde el punto de vista del material,
la Fuerza Aérea Argentina cuenta
en este momento con cuatro tipo de
aeronaves que son empleadas para
ejercer la vigilancia y el control del
aeroespacio: IA-58 Pucará, Embraer
312 «Tucano», IA-63 «Pampa» y A4-
AR.
A pesar de que pueden considerarse
plataformas aéreas destinadas a la
interceptación de vectores de baja
velocidad, utilizados generalmente
en el tráfico de drogas, hay que
tener en cuenta que la velocidad de
interceptación es reducida, por lo
cual, frente a vectores de mayor performance,
que configuren amenazas
a la soberanía nacional, su empleo
sería de baja efectividad. Además,
solamente el A4 dispone radar de a
bordo, como para efectuar intercep-
LA FUERZA AÉREA ARGENTINA EN EL EJERCICIO DE LA SOBERANÍA NACIONAL
8
taciones autónomas con apoyo radar;
por otro lado, el Tucano carece del
armamento adecuado para ejecutar
este tipo de misiones.
Otro aspecto muy importante es la infraestructura.
La FAA no cuenta con
infraestructura acorde para sostener
y mantener las operaciones
en todos los lugares donde operan
estos sistemas de armas. El personal
desplegado para cubrir las tareas, en
algunos sitios, son alojados en hoteles
céntricos. Si bien es una solución
provisoria, existe un problema de
inseguridad, ya que tanto las tripulaciones,
como el personal de mantenimiento,
plana mayor y operadores
de radar se encuentran expuestos a
niveles de seguridad física, por debajo
de los estándares requeridos para
este tipo de operaciones que impidan
una eventual captación por parte de
estos grupos delictivos.
Con respecto al adiestramiento, las
tripulaciones en general se encuentran
poco entrenadas para este tipo
de tareas (ya que la FAA, prevé en
caso de conflicto una marcada proporción
de operaciones de defensa
aérea indirecta, que es el objeto de
principal de entrenamiento de los
medios). La interceptación requiere
de una práctica particular, dado
que los vectores incursores, muchas
veces, recurren al vuelo bajo para
evadir los radares y ponen en riesgo
la situación de los pilotos si estos
no están debidamente adiestrados.
Por otro lado, la carga de trabajo en
cabina, durante la interceptación e
identificación, puede ser elevada en
los casos que se requiera fotografiar,
intentar la comunicación por señas
o describir la situación al puesto de
comando, escenario que puede complicarse
cuando la circunstancia se
desarrolla a escasos pies de altura.
Otro aspecto a tener en consideración
es que la Fuerza Aérea cuenta
con escasa capacidad de interceptación
nocturna, cabinas preparadas y
visores nocturnos, que son imprescindibles,
si se quiere acercar y escoltar
a una aeronave por la noche,
independientemente de la capacidad
de detección autónoma que tenga la
plataforma interceptora.
CONSECUENCIAS DE SU EMPLEO
Ningún país discute el ejercicio de la
soberanía en el aeroespacio propio,
diferente es el caso del empleo de
las Fuerzas Armadas en cuestiones
relacionadas con la actividad criminal,
que es un tema de discusión en la
actualidad, aún en aquellos países en
donde se implementó su uso. Es por
ello que existen varios análisis con
diferentes puntos de vista respecto a
este tema.
Esta diferencia de posturas también
se ve reflejada en la sociedad, ya que
una encuesta realizada por la Universidad
de Belgrano, a principios de
2006, muestra que “la percepción del
rol que deben tener las FFAA en la
lucha contra el narcotráfico es controversial,
si bien casi la mitad de la
población cree que deberían tener
una participación activa, el 35% sostiene
que no deberían involucrarse.
Algo semejante a lo anterior sucede
cuando se indaga respecto de la eficacia
de la Gendarmería o la Prefectura
para combatir la inseguridad en
las ciudades del país13. Este resultado
es de vital importancia, ya que marca
la tendencia existente en la sociedad
civil, en la cual no existe una marcada
aceptación de que las Fuerzas
Armadas estén involucradas en otros
asuntos que no sean los relacionados
estrictamente a la defensa nacional.
Es por ello importante remarcar en la
sociedad, que la vigilancia y el control
del espacio aéreo no guardan relación
con este tema, puesto que es
un aspecto eminentemente de ejercicio
soberano y se encuentra en los
términos del artículo 2 de la Ley de
Defensa Nacional14.
13 Universidad de Belgrano, Sondeo de Opinión.
CEDEF, 2016.
14 Ley N.° 23 554 de 1988. Art. 2: La Defensa Nacional
es la integración y la acción coordinada de
todas las fuerzas de la Nación para la solución de
aquellos conflictos que requieran el empleo de las
Fuerzas Armadas…tiene por finalidad garantizar
de modo permanente la soberanía e independencia
de la Nación Argentina, su integridad territorial
y capacidad de autodeterminación; proteger
la vida y la libertad de sus habitantes.
LA FUERZA AÉREA ARGENTINA EN EL EJERCICIO DE LA SOBERANÍA NACIONAL
9
En concordancia con la población
que apoya el empleo de las FFAA en
la lucha contra el narcotráfico, un
aspecto relevante a considerar es el
aumento significativo de la violencia
que sufrieron aquellos países luego
de su intervención, sobre todo, en
las zonas con mayor presencia de
grupos de narcotraficantes. Si bien
el empleo de las FFAA puede reducir
el tráfico y la producción de drogas,
también provoca el desplazamiento
de la violencia a zonas urbanas en
donde la población sufre las consecuencias.
Tal es el caso de México,
donde el control por algunas áreas ha
desatado violentos enfrentamientos
entre cárteles, las Fuerzas Armadas
y las de Seguridad que dieron como
resultado más de 36 000 víctimas, de
las cuales 1300 fueron mujeres y 4000
niños15.
El tema es bastante complejo debido
a que el ambiente operacional en
donde se desarrollan las actividades
de narcotráfico es muy distinto al de
la guerra convencional, e incluso, al
de la guerra de guerrillas. Es por ello
que no es posible aplicar viejas teorías
de guerra a nuevos escenarios,
sino que estas deben ser acordes a
las situaciones imperantes para que
las Fuerzas Militares puedan actuar
convenientemente. Esta circunstancia
es bien conocida por los grupos
de narcotraficantes que saben que no
pueden sostener un enfrentamiento
regular contra las Fuerzas Armadas.
Por ello buscan las poblaciones como
centros de gravedad para actuar,
movilizarse y operar en el medio urbano,
dificultando así, el accionar de
las fuerzas de seguridad y, por ende,
el de las Fuerzas Armadas16. Desde
el punto de vista de las operaciones
aeroespaciales, la problemática es
diferente, ya que se mantienen en el
mismo ambiente y guardan relación
estricta con la violación de la soberanía,
debido a la imposibilidad de determinar
durante una interceptación
las intenciones y el empleo del vector
aéreo, cuestión que sucede después
del aterrizaje y es responsabilidad
de las agencias federales correspondientes.
Además, estas organizaciones poseen
una capacidad económica que
les permite no solo comprar material
bélico importante sino que, también,
utilizan ese dinero para corromper
las instituciones, como ha pasado
principalmente, con algunos sectores
de las Fuerzas de Seguridad y en
las Fuerzas Armadas en aquellos paí-
ses donde estas últimas tuvieron una
participación activa, como ha sido el
caso de la Policía y las Fuerzas Armadas
de México, las cuales se han visto
involucradas en actos de corrupción,
llegando a afectar a todo su sistema
de seguridad nacional17.
En nuestro país, si el Gobierno Nacional
busca involucrar a las Fuerzas
Armadas en el combate del narcotrá-
fico debido a las complicaciones económicas
en las que nos encontramos,
las grandes carencias y necesidades
en la adquisición de nuevo material
es probable que las futuras compras
estén solamente orientadas a combatir
este tipo de amenazas y no a satisfacer
el rol principal del instrumento
militar: la defensa de la soberanía
nacional. De ser así, se estarían descuidando
otros sectores de la Nación,
como el Atlántico Sur, donde existen
conflictos remanentes con otros
países que tienen intereses políticos y
económicos sobre nuestra soberanía.
Hay que tener en cuenta, además, la
inversión que demanda el adiestramiento
que requiere el personal de
la Fuerza Aérea para mantener sus
capacidades operacionales y principalmente
las relativas a la vigilancia
y control del aeroespacio.
El militar combate por su Patria, a la
que le presta dedicación plena y le
jura defenderla hasta perder la vida.
La actuación militar, en su esencia,
se realiza frente a un enemigo, por
medio de la guerra, una dialéctica de
voluntades enfrentadas. Para la FAA,
al igual que en el resto de los países,
esta tarea se extiende en la paz, como
custodia de la soberanía de los ciel
LA FUERZA AÉREA ARGENTINA EN EL EJERCICIO DE LA SOBERANÍA NACIONAL
10
En este sentido, la responsabilidad de
la FAA es evitar, en forma permanente,
que vectores ingresen al territorio
sin autorización, independientemente
de sus intenciones de traficar drogas,
ya que ellos constituyen una
amenaza a la soberanía nacional y
a los intereses vitales de la Nación;
no obstante ello, de ninguna manera
significa el derribo de la aeronave,
que puede llegar a ser una eventualidad
en el caso de encontrarnos con
una situación que ponga en peligro
real la vida de los habitantes de nuestra
Nación.
CONSIDERACIONES FINALES
Respecto de la utilización de las
Fuerzas Armadas en la lucha contra
el narcotráfico, ha mostrado resultados
positivos y negativos en los diferentes
lugares de la región en donde
se ha llevado a cabo. En muchos de
ellos, se ha tenido que modificar o
crear nuevas leyes para no incurrir
en un acto ilegítimo e ilegal. La manera
en que estas nuevas amenazas
fueron enfrentadas en los últimos
años no ha arrojado resultados muy
alentadores debido a que estas organizaciones
cuentan con un presupuesto,
que muchas veces es superior
al que los gobiernos les asignan a sus
instituciones para enfrentarlas. Estas,
al disponer de gran cantidad de
recursos económicos, debilitan a las
instituciones y las hace vulnerables a
los riesgos, amenazas y a la corrupción,
que siempre está presente.
En el caso particular de la Argentina,
aunque el rol principal de las Fuerzas
Armadas es la defensa nacional, en
virtud de la situación general de inseguridad
en la cual está inmerso el
país, algunos sectores quieren plantear
al narcotráfico, como una situación
de emergencia, la cual debe ser
abordada por todos los Instrumentos
de la Nación, incluyendo el militar.
Involucrar a las Fuerzas Armadas
en funciones que deben cumplir las
Fuerzas de Seguridad puede traer
graves consecuencias, ya que no han
sido capacitadas para cumplir esas
tareas.
...el control
aeroespacial de interés
nacional es
jurisdicción única y exclusiva de
la Fuerza
Aérea.
LA FUERZA AÉREA ARGENTINA EN EL EJERCICIO DE LA SOBERANÍA NACIONAL
11
La Fuerza Aérea es responsable de
la vigilancia y el control del espacio
aéreo de manera permanente —paz,
crisis o guerra—, por ser esta una tarea
que contribuye a la defensa en
custodia de la soberanía nacional.
Para ello, se debe contar con el material
adecuado, y su personal debe estar
entrenado para el empleo de sus
armas en el ámbito del Aeroespacio,
bajo el comando operacional del Comando
Aeroespacial, tal como dicta
la actual legislación, según surge del
Artículo 20 del TÍTULO IV Organización
de las Fuerzas Armadas de la Ley
N.° 23 55419.
En ese sentido, la Fuerza Aérea prevé
la posibilidad de disponer de los medios
apropiados, materiales y humanos,
para operar en la totalidad del
espacio aéreo durante las 24 horas.
Además, las capacidades de coordinación
con otras fuerzas son reducidas.
En cuanto a las medidas de
seguridad, tampoco están dadas las
condiciones necesarias para brindar
la seguridad y confidencialidad necesarias
en las operaciones que brinden
una protección adecuada al personal
involucrado.
A pesar de ello, es importante destacar
que el control aeroespacial de
interés nacional es jurisdicción única
y exclusiva de la Fuerza Aérea,
por lo que se deberían intensificar
los sistemas de detección de todas
las fronteras y articular las medidas
correspondientes para trabajar con
las fuerzas de Seguridad, en los casos
en que dicho espacio sea violado por
aeronaves no identificadas. En ese
caso, se justificaría el derribo de una
aeronave solo si se la considera una
amenaza a la soberanía nacional y
no por el hecho de transportar mercancías
ilícitas, dado que el empeño
de las Fuerzas Armadas se justifica
solamente, cuando ya se aplicaron
con anterioridad y, sin éxito, todas
las herramientas y normas políticas
y jurídicas correspondientes.
Es importante tener en claro que la
Fuerza Aérea, como un componente
más del Instrumento Militar, tiene la
responsabilidad del control Aeroespacial
y la defensa de los intereses
vitales de la Nación; para ello, debe
estar equipada e instruida en forma
apropiada y acorde con las tareas que
debe ejecutar.
Si el poder político decide que el
narcotráfico se configura como una
amenaza a los intereses vitales de la
Nación y que presupone un peligro a
la integridad territorial y a la vida de
sus habitantes, las Fuerzas Armadas
deberán responder de manera eficiente.
En ese caso, es clave destacar
que se debe realizar un análisis profundo
y no apelar a una implementación
apresurada de una posible
solución; es necesario la realización
de un estudio apropiado de todas las
implicancias y las necesidades operativas,
ya que esto podría causar un
daño irreparable, tanto en las instituciones,
como en la sociedad.
El militar combate por su Patria, a
la que le presta dedicación plena y le
jura defenderla hasta perder la vida.
19 Art. 20. – Las Fuerzas Armadas son el
instrumento militar de la Defensa Nacional y
se integran con medios humanos y materiales
orgánicamente estructurados para posibilitar
su empleo en forma disuasiva y efectiva. Sus
miembros se encuadrarán en toda circunstancia
bajo un mando responsable de la conducta
de sus subordinados.
. Martiniano Piuma Justo: Mayor de la Fuerza Aérea Argentina. Piloto de Caza. Licenciado en Sistemas Aé- reos y Aeroespaciales. Oficial de Estado Mayor.
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